La casa que ganó el premio CEMEX y AD
Hablar de CASA UNO es hablar de la conjunción entre un lugar privilegiado, un arquitecto con visión y un proyecto que entiende profundamente el valor del espacio. Desde su concepción, esta casa ha buscado algo más que resolver un programa arquitectónico: ha aspirado a dialogar con el entorno, a contar una historia a través de sus materiales y a convertirse en un referente de cómo habitar en armonía con el paisaje.
La obtención del Premio CEMEX y el reconocimiento de Architectural Digest (AD) no son casualidad. Son la consecuencia de un proceso en el que cada decisión —desde la selección del terreno hasta el más mínimo detalle de diseño interior— estuvo guiada por una visión integral. Y es precisamente aquí donde se encuentra la enseñanza para quienes consideran la arquitectura como inversión: cuando se alinean la calidad del lugar, la experiencia del arquitecto y la profundidad del proyecto, el resultado trasciende lo estético y se convierte en patrimonio con valor agregado.
El lugar como punto de partida
CASA UNO se ubica en un sitio que parece haber estado esperando a que alguien lo escuchara con atención. El terreno, con vistas abiertas y un relieve que invita a pensar en recorridos, pedía una arquitectura que lo acompañara en lugar de imponerse sobre él. Desde el inicio, la propuesta fue clara: aprovechar lo que la naturaleza ofrece, entender la topografía como aliada y crear un refugio que al mismo tiempo se abre hacia el horizonte.
Un buen lugar es mucho más que una dirección en un mapa. Es la condición que permite que la casa tenga alma. Aquí, la luz natural, los vientos dominantes y la vegetación autóctona no son factores accidentales: son protagonistas que guían las decisiones de orientación, ventilación, materiales y distribución. Al respetar estos elementos, la casa no solo se inserta con respeto, sino que amplifica la experiencia de habitarla.
El arquitecto como intérprete
El rol del arquitecto no es imponer un estilo, sino escuchar y traducir. En el caso de CASA UNO, el arquitecto entendió que la modernidad debía convivir con lo atemporal, y que la sofisticación podía encontrarse en lo sencillo. La propuesta de diseño evitó el exceso y buscó la proporción, el ritmo y la coherencia.
La elección de materiales locales, la estructura limpia y los espacios que fluyen con naturalidad hablan de un oficio sólido. Cada decisión de diseño fue pensada no solo en términos de estética, sino también en funcionalidad y permanencia. Una casa que aspira a trascender necesita ser habitable, cómoda, adaptable al tiempo y, al mismo tiempo, capaz de emocionar.
Un buen arquitecto sabe leer el sitio, pero también sabe leer a quienes lo habitan. Por eso, CASA UNO no es una obra distante: es una casa que invita, que abraza, que acompaña. La arquitectura se vuelve aquí un lenguaje que equilibra lo personal y lo universal.
El proyecto como síntesis
Un lugar adecuado y un arquitecto sensible no bastan si no existe un proyecto con claridad y visión. CASA UNO fue concebida con un concepto rector: crear un refugio que se siente íntimo y abierto al mismo tiempo, sólido y ligero, contemporáneo y atemporal.
Este equilibrio se manifiesta en cada rincón: los espacios sociales que se extienden hacia las terrazas, los dormitorios que encuentran privacidad sin renunciar a las vistas, los patios que refrescan y dan escala humana a la amplitud. El proyecto logra lo más difícil: que todo parezca natural, como si siempre hubiera estado ahí.
El resultado es una casa que no solo resuelve un programa funcional, sino que se convierte en experiencia. Caminarla es descubrir cómo la arquitectura puede generar emociones, cómo la luz transforma los espacios a lo largo del día, cómo el silencio se convierte en parte del diseño.
El valor de los premios
El Premio CEMEX reconoce lo mejor de la construcción y la innovación a nivel internacional, mientras que Architectural Digest es un referente global en diseño y arquitectura. Que CASA UNO haya sido reconocida por ambos es testimonio de su excelencia.
Pero más allá del prestigio, estos reconocimientos representan un valor tangible para quienes piensan en la arquitectura como inversión. Una casa premiada no
solo tiene un valor simbólico, sino también un valor de mercado mayor: se convierte en referente, en pieza de colección, en propiedad que trasciende lo inmobiliario para entrar en el terreno cultural.
Invertir en un proyecto con estas características es invertir en certeza. El reconocimiento avala la calidad del diseño, la pertinencia del lugar y la seriedad del arquitecto. Aporta confianza a futuros compradores, garantiza la permanencia de su valor en el tiempo y lo proyecta como parte de un legado.
Beneficios de una inversión con visión
CASA UNO demuestra que cuando se conjugan lugar, arquitecto y proyecto, los beneficios son múltiples:
1. Valor económico sostenido: una obra reconocida internacionalmente mantiene y eleva su valor en el mercado.
2. Valor cultural y simbólico: no es solo una propiedad, es un ícono que forma parte de un discurso arquitectónico mayor.
3. Valor de experiencia: habitar o visitar una casa de estas características es vivir la arquitectura en su máxima expresión.
4. Valor patrimonial: se convierte en legado, en herencia para futuras generaciones, tanto en lo económico como en lo emocional.
Conclusión
El tour por CASA UNO no es únicamente recorrer una casa. Es entender cómo un buen lugar puede inspirar, cómo un buen arquitecto puede interpretar y cómo un buen proyecto puede trascender. Es confirmar que los premios no son un fin en sí mismos, sino la consecuencia natural de haber hecho las cosas bien, con seriedad y sensibilidad.
Invertir en proyectos como CASA UNO es apostar por la permanencia, por el valor tangible e intangible, por la certeza de que la arquitectura bien hecha no solo construye espacios, sino también historias y patrimonio.
En un mundo donde lo inmediato suele dominar, CASA UNO nos recuerda que la verdadera inversión está en lo que trasciende el tiempo: un lugar con espíritu, un arquitecto con visión y un proyecto con alma.
Luis Turrent
Asesor División Valle de Guadalupe
Contacto: luis.turrent@brg.mx