Tijuana se encamina a convertirse en uno de los polos urbanos más dinámicos de México para el 2030. Con una ubicación privilegiada, una economía binacional en expansión y un ecosistema inmobiliario en evolución constante, la ciudad está posicionándose como un imán para la inversión, el desarrollo vertical y la innovación urbana. ¿Qué podríamos esperar de la ciudad en los próximos cinco años? Todo apunta a una transformación sin precedentes.
Un mercado inmobiliario en crecimiento
El mercado inmobiliario de Tijuana atraviesa una etapa de maduración inteligente. Ya no se trata únicamente de expandirse territorialmente, sino de consolidar desarrollos que respondan a las nuevas dinámicas sociales, económicas y tecnológicas de la ciudad. Según la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), Tijuana incremento del 11.1 % en el precio de la vivienda durante el primer trimestre de 2025, superando el promedio nacional. Este crecimiento está impulsado por el fortalecimiento del segmento vertical, el auge del modelo multi-familiar y la creciente preferencia por ubicaciones céntricas que ofrezcan conectividad y calidad de vida. Zonas como Zona Río, Agua Caliente, Otay, Cacho y Playas concentran la mayor parte de la demanda residencial media y media-alta. Al mismo tiempo, observamos una profesionalización del mercado: los compradores son más informados y los desarrolladores más conscientes del entorno. Se privilegian proyectos con usos mixtos, eficiencia energética, espacios compartidos y soluciones de movilidad. En este contexto, la rentabilidad ya no solo se mide en plusvalía, sino en resiliencia, ubicación y experiencia. Para el 2030, Tijuana podría posicionarse como una de las principales ciudades con mejor desempeño inmobiliario del norte de México, especialmente si continúa apostando por densificación bien planeada y vivienda conectada con centros de trabajo y transporte.
Nearshoring: La fuerza que transformará a la ciudad
Una de las grandes fuerzas que están transformando a Tijuana es el fenómeno del nearshoring. Se trata del proceso mediante el cual empresas estadounidenses y de otros países están trasladando parte de sus operaciones manufactureras y logísticas de Asia hacia destinos más cercanos y estables, como nuestra frontera del norte de México. Y Tijuana está en el centro del mapa. Con una base industrial consolidada, mano de obra calificada, bilingüismo y cercanía con California, la ciudad ha atraído inversiones récord en los últimos años. Parques industriales, naves logísticas, centros de distribución, oficinas especializadas y espacios para R&D (Research and Development) están surgiendo a lo largo del eje industrial de Otay, Pacífico y Corredor 2000. De hecho, se estima una proyección para este 2025 que superará los 652 mil millones de pesos en inversión inmobiliaria, según el análisis nacional de AMEFIBRA, gran parte de ellos vinculados a desarrollos industriales, logísticos y corporativos. Este crecimiento se traduce en una demanda urgente por más infraestructura, vivienda ejecutiva, hoteles business class, coworkings, y servicios urbanos de calidad. Además, los cap rates de la región para propiedades industriales rondan el 7-8 %, con rentabilidades netas cercanas al 10 %, lo que convierte a Tijuana en una de las plazas más atractivas para inversionistas sofisticados. El desarrollo de la Garita Otay II y la mejora de vías principales como la Vía Rapida, Vía Alamar, y el bulevar 2000., así como nuevos parques industriales en desarrollo y contemplados en aperturar de 3 a 5 años complementan esta visión: una ciudad que no solo produce, sino que conecta, exporta y evoluciona. Si el nearshoring continúa al ritmo actual, Tijuana podría duplicar su capacidad industrial instalada de aquí a 2030.
Desarrollo urbano con enfoque sostenible
Hacia 2030, Tijuana proyectará un crecimiento urbano más ordenado, donde el reto no solo será construir más, sino construir mejor. El auge de proyectos verticales mixtos, la consolidación de proyectos comerciales como Plaza Península, Plaza Landmark y la aplicación de criterios de movilidad, sustentabilidad y densificación están cambiando el rostro de la ciudad. El Plan Municipal de Desarrollo 2024-2027 apuesta por la mejora del transporte público, la vivienda accesible en zonas céntricas y la renovación de infraestructura. A esto se suma la visión de recuperar espacios públicos, ampliar banquetas, promover ciclovías y elevar el estándar urbano en colonias estratégicas. El concepto de “ciudad de 15 minutos” en el que los ciudadanos puedan acceder a servicios básicos, trabajo y recreación sin depender del automóvil comienza a permear en las nuevas propuestas habitacionales. Este tipo de planificación será clave para garantizar un crecimiento equilibrado, inclusivo y sostenible en una ciudad que contempla cerca de los 2.8 millones de habitantes proyectados para 2030.
Atractivo económico y social
Tijuana es hoy una ciudad vibrante, y todo indica que en 2030 lo será aún más. Con una economía binacional viva y resiliente. Crecimiento constante en sectores como la tecnología, salud privada, logística, turismo médico, coworking y educación internacional se encuentran creciendo de forma paralela. Socialmente, la ciudad está atrayendo a una nueva generación de tijuanenses y migrantes jóvenes, creativos, nómadas digitales y con visión global. Esto no solo impacta en la vivienda, sino en la cultura, el consumo, la política y la dinámica ciudadana.
En conclusión, Tijuana 2030 no será una ciudad improvisada, sino una ciudad estratégica. Su proyección está ligada al nearshoring, a la reconversión urbana y a una ola de inversión inmobiliaria inteligente. Para quienes saben leer el momento, Tijuana no es solo frontera: Es puerta de entrada al futuro.
Pablo Avila
Broker Comercial e Industrial
Bustamante Realty Group
Contacto: pablo.avila@brg.mx