Armado con 68 millones de seguidores repartidos en Instagram y su canal de YouTube, el ahora empresario ha logrado impulsar su cartera de negocios en México y Latinoamérica.
La rutina de Luis Arturo Villar Sudek, mejor conocido como “Luisito Comunica”, no es la misma que hace dos años. Hoy, el creador de contenido divide su agenda entre ser youtuber y gestionar su creciente cartera de negocios, que abarca desde la industria restaurantera y tequilera hasta la de telefonía móvil.
Como uno de los pioneros en la creación de contenidos para YouTube en Latinoamérica y armado con 68 millones de seguidores repartidos entre Instagram y su canal de videos, era cuestión de tiempo para que comenzaran a llegar las propuestas y la curiosidad por emprender proyectos fuera de las redes sociales. “Siempre he rechazado la idea de que una carrera tenga que ser vertical. Creo que somos muchos los que estamos intrigados por diversos temas y sectores, y a mí me gusta seguir estas curiosidades”, comparte Luis, en entrevista con Forbes México. “A medida que he ido aprendiendo cosas diferentes y conocido a gente que se dedica a distintas actividades, he descubierto proyectos interesantes”.
Como uno de los pioneros en la creación de contenidos para YouTube en Latinoamérica y armado con 68 millones de seguidores repartidos entre Instagram y su canal de videos, era cuestión de tiempo para que comenzaran a llegar las propuestas y la curiosidad por emprender proyectos fuera de las redes sociales. “Siempre he rechazado la idea de que una carrera tenga que ser vertical. Creo que somos muchos los que estamos intrigados por diversos temas y sectores, y a mí me gusta seguir estas curiosidades”, comparte Luis, en entrevista con Forbes México. “A medida que he ido aprendiendo cosas diferentes y conocido a gente que se dedica a distintas actividades, he descubierto proyectos interesantes”.
Apenas unos meses después de lanzar la primera sucursal, Luis sigue apostando en grande. Para finales de año, el objetivo es estar presente en al menos cuatro urbes fuera de la capital y expandirse a dos países más de Sudamérica, aspirando a Chile y Ecuador.
Éste, sin embargo, no es el primer proyecto de tipo restaurantero en el que Luis se involucra. A finales de 2020, el youtuber adquirió parte de Deigo, un restaurante de cocina tradicional japonesa fundado en 1995 en la Ciudad de México. Fue después de visitar el lugar con frecuencia que Luis vio por primera vez la oportunidad de incursionar en el sector. “Le dije al dueño que me interesaba ser parte del proyecto. Él aceptó y se repartieron las acciones”, cuenta Luis.
Pero las ganas de seguir explorando la cocina japonesa no se detuvieron ahí. Menos de un año después de haberse unido al proyecto, nació Deigo Ramen, un restaurante japonés que busca replicar la experiencia de comer en una casa de ramen en aquel país y que tiene en marcha la apertura de su segunda sucursal para febrero de 2022. A finales de este mismo año, el empresario busca expandirse a las principales zonas de la Ciudad de México, incluyendo al menos una sucursal en otro estado. “Queremos expandirnos y ser la casa de ramen de México”, asegura Villar Sudek.
Los proyectos en la industria restaurantera son, para Luis, apuestas donde espera ver frutos a mediano plazo. “No creo que haya un negocio redituable a corto plazo. Los retornos de la inversión van a tardar en llegar”, admite el influencer.
Las grandes apuestas
Más allá de las incursiones que Luis ha realizado en el sector restaurantero, hay dos proyectos de distinta naturaleza que, según dice, le entusiasman y suponen un reto especial al mismo tiempo: el negocio de bebidas alcohólicas y su telefonía móvil. Gran Malo, el licor de tequila que Luis lanzó al mercado a inicios de 2021, es una apuesta en la que el empresario tiene como prioridad posicionar el producto entre los consumidores antes de intentar crecer. “El posicionamiento de una marca así es mucho más tardado. Yo podría hacer que se exhiba en una tienda departamental, pero no puedo estar seguro de que se venderá”, dice Luis. “Creo que hay que saber cuándo crecer y cuándo es apropiado intentar llevar tu producto a otro mercado”.
Actualmente, Gran Malo se vende también en Estados Unidos, en versión churro de canela, sabor que Luis planea introducir en México eventualmente. Para principios de 2022, la marca también quiere lanzar en el país un nuevo sabor de tequila, que describe como “nostálgico y muy mexicano”. Además de esto, Luis adelanta que ya están en marcha los planes para desarrollar más bebidas alcohólicas, incluyendo las hard seltzer, un tipo de bebida alcohólica que contiene agua carbonatada saborizada y que ha ganado popularidad en los últimos años.
Con vista a más largo plazo, la apuesta de Luis recae en PilloFon, su empresa de telefonía OMV (Operador Móvil Virtual) habilitado por Altán Redes. Aunque el empresario concede que, pese a “tener una buena infraestructura, la capacidad y precios competitivos”, la telefonía es un “toro con rabia”. A diferencia de otros negocios que ha emprendido, Luis reconoce que convencer a los usuarios de cambiarse de proveedor no es una tarea fácil en un mercado dominado por Telcel.
“Proponerle a alguien que lleva 10 años con el mismo servicio que se cambie a otro proveedor no es sencillo. Por mucho que le digas que va a ahorrar, que la velocidad y la cobertura son iguales o incluso mejores, va a tomar tiempo que alguien transfiera su confianza en ti si eres un jugador nuevo,” dice Luis. Con una mayor presencia en tiendas de autoservicio, él confía en que PilloFon pueda continuar con su impulso de crecimiento y pasar de los 100,000 usuarios a los que les ofrece servicio actualmente, a 200,000 para finales de este año.
Parte de un todo
Si hay algo que el youtuber cree que los proyectos en los que participa tienen en común, es que todos se conectan de alguna manera con algo más grande. “Si más gente logra comunicarse y estar conectado por medio de PilloFon, más personas van a poder ver videos de YouTube, más personas van a poder estar en redes sociales y más gente podrá pedir comida a domicilio o comprar ropa online”.
Luis, que cumplirá 31 años este 2022, tampoco piensa descuidar el negocio de las redes sociales y está apostando por los doblajes en inglés y árabe de sus contenidos en YouTube, algo que ha observado en usuarios extranjeros que empiezan a conquistar el mercado latinoamericano. “He visto ya a varios youtubers de otros países que están doblando a español sus videos y están haciendo temblar a los creadores hispanos, porque se están posicionando muy bien”, cuenta el empresario de las redes sociales.
Sin embargo, como en cualquier trayectoria empresarial, Luis admite que se ha encontrado con retos que, más que frenar sus intenciones, le entusiasman. Uno de los principales desafíos con los que se ha topado es “encontrar buenas ideas”, pues, si bien el poder de convocatoria que tiene ante su audiencia es notorio, él admite que la credibilidad es algo que puede perderse con facilidad.
“Muchas personas tienen la perspectiva de que alguien con una cantidad de seguidores como la que yo tengo podría vender lo que sea, pero es una idea muy errónea. Por más ojos y carteras disponibles, si tú no ofreces algo convincente, la gente no lo va a creer o simplemente no le va a llamar la atención”. Otra falsa impresión a la que Luis admite estar sometido es la creencia de que sólo participa en la difusión en redes de sus negocios, algo que, según dice, no puede estar más lejos de la realidad. “Aporto innovación y me involucro en la parte operativa del negocio y también arriesgo monetariamente al igual que los socios”, explica.
Aunque los negocios ahora son parte de la vida diaria de Luis, la ambición no se le sale de las manos. “No me gustaría en absoluto ser la persona que consigue ser el dueño de una estación espacial pero que vive estresado y no puede tomarse una semana de vacaciones porque todo se derrumba,” comparte Luis. “Si mañana resulta que vendí todo porque ya no me interesaba nada y ahora vivo al margen de la vida pública, pero sonriendo y pasando tiempo de calidad con los míos… lo viviré como algo positivo”.
Fuente: Forbes México