Polen es un despacho de arquitectura de paisaje que nació por la inquietud de llevar a la vida ordinaria lo extraordinario de la naturaleza, a través de la vegetación, principalmente creando espacios armónicos pensados especialmente para cada cliente y sus necesidades.

La arquitectura de paisaje en  México  se  perfilaba  más  incipientemente hace 10 años, cuando Alejandra De la Cerda y Ana Julia Carvajal, diseñadoras industrial de 35 años, fundaron su despacho, Polen Paisaje, con la convicción de crear vínculos entre las personas y la vegetación que las rodea. Entre sus proyectos está la intervención de espacios como el parque San Francisco de Asís y la plaza Río de Janeiro en la Ciudad de México. Más allá de diseñar jardines con valor decorativo, Polen Paisaje busca crear espacios verdes congruentes con las necesidades y las condiciones de cada proyecto. “En una ciudad como la nuestra, en la que la escasez de agua es cada vez mayor, nos parece muy importante hacer jardines sustentables que se adapten mucho mejor a nuestra situación actual. Nos gusta crear con especies y materiales que permitan la reabsorción de agua al subsuelo”, dice De la Cerda.

En el bocetaje de paisajes residenciales, empresariales y públicos, estas cuatro paisajistas reconocen que es preciso identificar las señales que dan las plantas. “En los jardines se trata de plantar a futuro, porque es un diseño que va a cambiar con el tiempo y las temporadas”, destaca De la Cerda.  Desarrollar  una  sensibilidad  aguda para detectar lo que cada planta necesita toma años de estudio  y  contacto.  El  proceso  creativo  de  cada  una  de  ellas  parte  siempre de la observación, de conocer el espacio y sus restricciones físicas. “Primero tenemos que saber cuál era la vegetación que había en ese sitio y por qué las plantas que están en esa zona se desarrollaron ahí. Recientemente, en un proyecto en Baja California Sur, hubo que entender cómo funcionaba el desierto, cómo son las plantas que optimizan recursos, cómo logran sobrevivir en un contexto sumamente complejo, cómo funciona un jardín xerófito; porque es importante que nuestros proyectos se mimetizan con su entorno”, continúa. Al concluir el análisis del sitio, se diseña una propuesta integral que debe contemplar la visión ambiental, estética y funcional.

En las grandes ciudades donde predomina el cemento, el movimiento que impulsan estos proyectos invita a hacer una pausa y contemplar. Un momento de resistencia e integración con el medio ambiente, una invitación a ser agentes conscientes del ecosistema que habitamos, a dialogar con la naturaleza y participar en la coloración de un horizonte más responsable y sostenible.

Fuente: Polen Paisaje, Gatopardo