El apetito de los inversionistas por activos de riesgo, ante la posibilidad de que la Reserva Federal de EU frene su ritmo de alza de tasas, impulsó al peso que está en su mejor nivel en tres años.
No existe una sola razón para que el peso mexicano se mantenga fuerte frente al dólar estadounidense y las monedas de economías emergentes y avanzadas, existen varias. El apetito por activos de riesgo ha incrementado el valor del peso mexicano, que en lo que va del 2023 se ha apreciado 3% respecto a la divisa estadounidense y se ubica en su mejor nivel en tres años.
Factores generales
Mientras la mayoría de las divisas internacionales han perdido terreno los últimos meses frente al dólar estadounidense, la moneda mexicana se ha visto beneficiada por la combinación de varios factores que mantienen la confianza de los inversionistas en la divisa nacional, entre los que destacan:
- Amplio diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos.
- Una postura fiscal estricta del gobierno mexicano.
- Finanzas externas sanas.
- Datos macroeconómicos y corporativos mixtos en Estados Unidos.
- Alta operatividad del peso.
- Aumento de los ingresos por remesas.
- Mayor inversión extranjera directa.
- Incremento en los precios del petróleo.
- Una baja participación extranjera en los mercados nacionales de bonos.
- Estabilidad en la balanza comercial.
- Recuperación del turismo internacional.
- Calificaciones estables sobre el riesgo de invertir en México.
No obstante, los analistas coinciden y dan mayor relevancia a los siguientes factores: el amplio diferencial de tasas de interés con Estados Unidos, la estricta postura fiscal del gobierno, las finanzas externas sanas del país, alta operatividad del peso, y datos macroeconómicos y corporativos mixtos en Estados Unidos.
El peso frente al dólar
Sobre el diferencial de tasas, «el dólar se ha fortalecido frente a las principales divisas del mundo, tradicionalmente cuando eso sucedía, las monedas emergentes se debilitaban, y esta vez ha sido contraintuitivo, pero hay una lógica detrás de eso: los bancos centrales de los países emergentes iniciaron antes su alza de tasas y de manera más acelerada», de acuerdo con Valentín Martínez, subdirector de Estrategias de Portafolio de Inversiones de SURA México.
Esta medida amplió el diferencial de tasas con Estados Unidos hasta 600 puntos base, «lo que ha conferido estabilidad y resistencia al peso mexicano», de acuerdo con un análisis de Gabriela Soni, directora de estrategia de inversión en México, y Alejo Czerwonko, director de inversiones para mercados emergentes de América de UBS.
Los últimos datos han mostrado una desaceleración de la inflación de Estados Unidos, lo que puede llevar a la Reserva Federal a disminuir el ritmo de alzas de tasas o incluso frenarlo completamente, lo que ampliaría todavía más la diferencia de las tasas entre ambos países y podría darle un mayor impulso a la moneda mexicana.
Los especialistas de UBS también señalan que la discreta respuesta gubernamental ante la pandemia de COVID-19 benefició al peso, debido a que el gobierno logró mantener la estabilidad fiscal al no aumentar su nivel de deuda, en comparación con otros mercados emergentes y desarrollados que proveyeron más apoyo fiscal durante la pandemia.
En cuanto a las finanzas externas sanas del país, los directivos de UBS, señalan que las cuentas del país se mantienen en buen estado, pese a haber registrado un déficit de 1.3% del PIB en la balanza por cuenta corriente durante el primer semestre de este año. Y si bien se dio un deterioro por la ampliación del déficit energético, dado que México importa más gasolina de lo que exporta petróleo, este hecho se ha visto compensado por el récord de remesas recibidas, la inversión extranjera directa y la recuperación del turismo internacional.
El peso, una moneda favorita
La moneda se ha convertido en la tercera divisa más operada entre países emergentes, con una participación de mercado de 7.8%, detrás de China que cuenta con 36.1% y la rupia india con 8.4%, según datos del Banco de Pagos Internacionales.
Su alta liquidez, completa convertibilidad y la existencia de una amplia gama de instrumentos para la cobertura de riesgos son características clave que permiten a México un acceso más amplio y a menores costos en los mercados globales, de acuerdo con un análisis elaborado por Banorte Estrategia, dirigida por Alejandro Padilla.
De acuerdo con Banxico, el 82% de las operaciones de cambio del peso se llevan a cabo en el exterior. Es así como, la divisa mexicana cuenta con una amplia penetración de mercado ya que las transacciones ocurren durante las 24 horas del día alrededor del mundo bajo buenas condiciones de operatividad y liquidez. Lo que ha inducido a que el peso pueda ser utilizado como una forma de cobertura (“hedge”) ante fluctuaciones en mercados emergentes, revela el análisis de Banorte Estrategia.
Respecto a los datos macroeconómicos de Estados Unidos, el mercado cambiario ha reaccionado ante la publicación de datos económicos y decisiones de política monetaria, ya que algunas cifras apuntan hacia una desaceleración económica, lo cual ha debilitado el dólar ante el apetito por activos de riesgo. Las débiles expectativas de las principales empresas del sector tecnológico han reforzado este hecho, de acuerdo con el estudio de Banorte.
En conjunto, lo señalado anteriormente mantiene resiliente al peso mexicano. Se espera que la divisa nacional continúe con un sesgo positivo, en comparación con las monedas de otros bancos centrales que han terminado su ciclo restrictivo.
Esta semana, la divisa local cerró en 18.9 por dólar, su mejor nivel desde febrero de 2020, de acuerdo con datos de Banxico.
Los analistas coinciden en que queda poco espacio para que el peso continúe su apreciación, considerando que se sustenta por las altas tasas de Banxico y que cotiza con una sobrevaluación.
Peligros para el super peso
Entre los riesgos para la moneda nacional, se cuentan un ajuste de la política monetaria más rápido de lo esperado dentro y fuera de Estados Unidos, y una brusca desaceleración del crecimiento económico. La evolución de la controversia en el T-MEC en torno a la política energética, la incertidumbre política local frente a la reforma electoral, las elecciones en el Estado de México en junio de 2023 y un cambio en la postura de Banxico.
Por el contrario, la mejora de la confianza mundial y el acercamiento de las cadenas de producción podrían impulsar al peso en el mediano plazo, sin embargo, este último factor tiene pocas repercusiones actuales, de acuerdo con el análisis realizado por UBS.
Fuente: Expansión